Por Eugenio Pérez Almarales
Mucho ha perdido la cultura cubana con la casi extinción de los pregones, de aquellos de buen gusto y picardía criolla, pensaba mientras un señor flaco y desaliñado voceaba por la calle Pio Rosado, en Bayamo: “Diiiipirona, Piiiiiiroxicam…”
Pero no es ese el peor de los efectos de las peligrosas prácticas de consumo irracional de medicamentos, desde una “simple” Duralgina hasta Viagra y sus similares, de las cuales existen en el mundo unos 27 millones de consumidores, sin reparar en que una supuesta fogosa noche puede terminar en desgracia. Continuar leyendo «Hábitos peligrosos y una mala pasada»