Por Eugenio Pérez Almarales
¡Duelen en el alma y el cuerpo esas imágenes! Piense por un instante que es su hijo, su nieto. Piense que no lo es. Si no siente lágrimas en la garganta, si el corazón no se estruja, si no lamenta que es poco todo lo hecho por detener la barbarie, no es usted humano.
Mientras, fuerzas israelíes quebrarán pieles y sueños; madres, padres, abuelos, hermanos palestinos, horrorizados, verán alejarse a su pequeño, desamparado, arrastrado por militares israelíes. Siéntase a su lado y medite. Ningún sitio es seguro para ellos. Ninguna resolución de la ONU es suficiente.
¿Quiénes protegen al gobierno israelí? ¿Quiénes son sus aliados?: Ellos son responsables de la tragedia.
No más palabras.
NINGUNA VOZ ES DÉBIL. INVITE A CUÁNTOS PUEDA A QUE EXPRESEN SU OPINIÓN Y DIFUNDAN ESTE TRABAJO U OTROS DEL MISMO TEMA; CONTRIBUYAMOS A LLAMAR LA ATENCIÓN SOBRE TAN LAMENTABLE Y RECURRENTE HECHO.
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